Este cuento lo inventamos entre toda la clase. Uno dijo quién iba a ser el personaje principal, otro/a dónde sucedía la acción, otro cuándo sucedía,....
PERICO
Había una vez un
pajarito llamado Perico que vivía en la copa más alta de una
castaño que estaba en medio de un castañal.
Un
buen día en
que Perico estaba durmiendo la siesta sobre una suave y mullida hoja
empezó a notar un viento frío, frío... Y dijo:
- ¡Ya
se acerca el invierno tendré que buscar gusanos y caracoles!
Al
día siguiente, por la mañana, se levantó temprano para ir en busca
de comida; pero eso sí, con mucho cuidado ya que los humanos estaban
en temporada de caza.
Al
llegar a la parte baja del árbol en donde vivía, vio un montón de
hojas que se movían y, al aproximarse, descubrió a un pobre pajarito
temblando.
- ¿Qué
te pasa?
- Que
el viento me ha derrumbado mi casa y ahora estoy
aquí escondido para pasar desapercibido.
- ¡Ven
a mi casa que tengo suficiente espacio para los dos!
Los
dos emprendieron el vuelo a su casa. Al llegar
Perico le dijo:
- ¡Tengo
que ir a buscar comida para pasar el invierno!
- Yo
conozco un árbol que está en el medio de un bosque, a la orilla
del río, que tiene hojas de muchos sabores.
Perico
fue en busca del árbol; pero con mucho cuidado ya que tenía miedo a que los cazadores le disparasen. Al llegar al bosque estaba un
poco desorientado y se quedó observando todos los árboles. De
pronto, le deslumbró una luz de muchos colores y al acercarse
descubrió que era el árbol del que le había hablado Xoanciño.
Regresó
a su casa cargado con las hojas que había recogido y Xoanciño le
propuso construir una nueva casa para pasar el invierno protegidos
de los cazadores y del viento.
Moraleja:
“Cuando ayudas a alguien siempre te sentirás bien”
Ilustración: Paula, profesora en prácticas.
Después de inventar este cuento, comenzamos a escribir cada uno, una un minicuento.
